jueves, 28 de febrero de 2008

Parricidio veloz (Apuntes): la ya-no-tan nueva izquierda.

¿Notan que en la izquierda nacional, la "Generación del 68" (como la bautizó Alberto Flores Galindo) sigue siendo dirigente? ¿Y que ya han pasado 40 años desde 1968? ¿Y dónde están los mandos medios?

Decía Samuel Huntington -cuando pensaba, o sea hace muchos años- que una medida necesaria para que una organización política se institucionalice -y no sea un caudillo y sus conejos- era la renovación de sus miembros y direcciones, y que eso debería ser generacional (échenle 15, 20 años)

Pregunta: ¿y dónde está la generación siguiente a la de 1968? Respuesta: en los noventa. Es decir, en ningún lado. Y los que hay son muy pocos. Y, claro, la generación que fue dirigente en los setenta a veces -o casi siempre- no quiere dejar de ser dirección.

La nueva izquierda en el Perú surge como respuesta a la inacción, inmovilismo, ortodoxia y solemnidad del PCP; surge impulsada por la Revolución Cubana y la "prueba" de que jóvenes que apenas llegaban a los 30 podían llegar, efectivamente, a tomar el poder, y la vía era la armada; todo en un contexto convulso como los sesenta -a nivel mundial- y cuando en el Perú el APRA dejaba de ser una salida popular para optar, primero, por la "Convivencia" con Manuel Prado y luego por la "Superconvivencia" al aliarse con la Unión Nacional Odriísta (UNO) y Julio de la Piedra. De hecho hay muchas más causas, pero apuntaré velozmente estas tres. Además, tiene también una característica importante: nace de la pequeñaburguesía. Como alguien dijo, "es la radicalización de las clases medias". Algunos utilizan argumentos funcional-estructuralistas para explicar esto: las privaciones relativas de la clase media emergente con respecto a la oligarquía y a los sectores altos hizo que la salida adoptada por el ascenso frustrado fuera la radicalización de sus jóvenes. De hecho, es mucho más complejo que dicho análisis -lo menciono porque es persuasivo, pero no por ello cierto; de hecho, no lo comparto-, y eso parte de otra pregunta: qué es lo que genera una radicalización en las personas, y qué aspectos de la realidad influyen en la posterior toma de posición ideológica de un individuo. Acá es para revisar desde Mannheim hasta Tilly, pasando por el buen Eagleton, pero esto no es motivo de este post.

Pocos saben que a inicios de los sesenta, los jóvenes del Partido Comunista casi le voltean la torta a Jorge del Prado y le ganan el Comité Central. Casi, pero no ocurrió así. Un grupo de jóvenes sale del Partido y termina iniciando la lucha guerrillera en el Perú a través del Ejército de Liberación Nacional en 1962-63. Héctor Béjar, líder de dicha guerrilla, era un joven ex PC. Los jóvenes que le quedaban al PC -que no eran pocos- se terminan yendo con la facción china de él, que se desprende en 1964: Bandera Roja. El antiguo Partido Comunista quedaba así con sus dirigentes antiguos y con las bases obreras, mientras que la rama pekinesa se iba con los jóvenes y el sector magisterial. Para 1969 se produce un nuevo fraccionamiento, que daría nacimiento al Partido Comunista del Perú - Patria Roja.

El MIR surge no del PC, sino del APRA. Por otro lado, Vanguardia Revolucionaria se funda en 1965 con una heterogénea composición, y con un componente de clase muy particular: era conocido como el partido de los "hijos de pitucos". De hecho, tenía importantísima presencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú, lo cual ya es un claro indicativo. Y sus documentos, por cierto, eran mucho más flexibles que los de los grupos provenientes del tronco PC (Patria Roja, Bandera Roja, y los grupos estudiantiles considerados "infantiles", como el FER antifascista de San Marcos) De ello también su atractivo para jóvenes de clase media - media alta. A decir de Iván Hinojosa, eran textos mucho "más heterodoxos y más cosmopolitas".

Pero esto no es un caso exclusivamente peruano. El MIR chileno surge en la Universidad de Concepción, y Miguel Enríquez no es precisamente un proletario ni un marginado. Jorge Castañeda menciona que el MIR tenía una imagen de "izquierda fashion", por la gracia estética de sus militantes. Si bien nace, otra vez, de la pequeñaburguesía, el MIR chileno consiguió insertarse en los sectores populares. Además, si uno mira el espectro político chileno en los setenta, el MIR -que estaba fuera de la Unidad Popular- estaba más a la izquierda que el resto de agrupaciones políticas. Basta escuchar el discurso en el Caupolicán de Enríquez. De allí que uno note que las clases medias son usualmente la vanguardia... pero también pueden ser la retaguardia.

Y si de retaguardia hablamos, miren la enorme transformación de los ex-nueva izquierda. De rabiosos maoístas, treinta años después son moderados democráticos. No todos pasan por el mismo proceso, es cierto, y también es cierto que en medio está una crisis de paradigma tremendo, pero no puede dejar de ser pasado por alto al ser un dato objetivo. Eduardo Figari Gold, arquítecto de Larcomar, fue de Vanguardia Revolucionaria - Proletario Comunista, y también arquitecto de Huaycán. Julio Favre también lo fue. Un ex miembro del brazo armado del Partido Unificado Mariateguista, uno de los tres líderes de este, actualmente trabaja para la Embajada Norteamericana. Y Fernando Rospigliosi, un duro pekinés que alguna vez le dijo a un miembro de la célula que dirigía en la Católica que no lea a un esperpento como Arguedas, extendiéndole con la otra mano el "Qué hacer" de Lenin, como faro que guía a la barca en la negra noche.

No hay conclusión, no hay nada, solo breves apuntes que deben ser engarzados. Y es curioso que después cuando uno habla de renovación lo acusen de parricida y subjetivo, cuando precisamente en su juventud fueron parricidas y con justa razón. Que esa generación es una generación fracasada, pues de eso no hay duda, pues no alcanzó su objetivo: hacer la Revolución. Sin embargo, esa misma generación fracasada de ha llevado al hombro gran cantidad de luchas, reivindicaciones, victorias momentáneas y cárceles. Son méritos que tienen, y quizá por eso la desconfianza en aquellos jóvenes imberbes que no saben lo que es clandestinidad. Empero, una cosa es clara: por esa generación la cosa no va, la conquista del Socialismo ya no la harán ellos, ya ni siquiera por una cuestión política, sino biológica.